domingo, 4 de mayo de 2008

Mayo del 68

Estamos de aniversarios. Se cumplén 30 años de las revueltas de mayo en París.

Finalmente se comprobó que no había playa bajo los adoquines.

Días de rabia y sueños, la Universidad de la Sorbona como semillero de los estudiantes que a raíz de una represión policial se echaron a las calles junto a sindicalistas; huelga de trabajadores y revueltas de estudiantes que colapsarón Francia.

Fue un crisol espontáneo y efímero de todos los deseos de una clase social y unos jóvenes que reclamaban su lugar. El lema era claro "alto a la represión, libertad, democracia, viva la unión de obreros y estudiantes".

Días convulsos de carreras y enfrentamientos, anhelos compartidos, lluvia de adoquines y sueños no alcanzados.
Días de enfrentamientos y noches de amor, deseos y vino tinto en el Barrio Latino.

La utopía sólo duro un mes. Pero movió conciencias, sembró esperanzas para la juventud.

Tiempos de minifaldas, flequillos y margaritas, símbolos no de modas, sino de evolución de la sociedad. Una declaración de intenciones de la juventud intelectual.

Pero la tristeza y la desilusión por la derrota no impidió que ese sueño se siga evocando; la imaginación al poder (L'imagination au pouvoir).

Y como dijo Jean-Paul Sartre a modo de epitafio de ese mes que marcó una generación «Lo importante es que se haya producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir».



'Il est cinq heures Paris s'éveille' - Jacques Dutronc (una canción-símbolo de la revolución parisina).

H.